ESPAÑA
Polémica Clembuterol
COAG reclama que se depuren responsabilidades tras la denuncia de carne con clembuterol hecha por Alberto Contador
La organización agraria recuerda que en España está prohibido el uso de esta sustancia en el engorde de ganado desde el año 2004 y que el sistema de trazabilidad permite conocer rápidamente su origen.
05/10/2010 COAG

Después de que Alberto Contador haya atribuido la presencia de 50 picogramos de clembuterol en las analíticas que se le han hecho durante el Tour de Francia, desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) queremos exigir que se depuren las responsabilidades que sean necesarias para acabar con esta cuestión ya que hoy la Administración dispone de las herramientas para hacerlo.

Los escenarios que se pueden presentar son los siguientes:

1. Si realmente la carne con clembuterol ha sido producida en España, es necesario que desde el Ministerio de Medio Rural se utilice la trazabilidad (la historia del bistec, desde que el ternero nace hasta que llega a la carnicería) para conocer quién ha sido el productor y que por tanto se tomen las medidas correspondientes, ya que se trata de un acto contra la salud pública que está penado y regulado. En este sentido, COAG pide que se tomen las medidas necesarias para evitar que un caso de estas características se vuelva a producir.

2. Si la carne que dice haber consumido Alberto Contador es importada, será necesario que se depuren las responsabilidades sobre aquellos que tienen la obligación de hacer los controles en frontera, ya que no podemos permitir que mientras los productores españoles se nos prohíbe el uso de estas sustancias, se permita la entrada al mercado de carne engordada con clembuterol, ya que esto no sólo es competencia desleal sino también un engaño al consumidor. En este sentido, la Administración puede ser utilizar también la trazabilidad para conocer su procedencia y actuar en consecuencia.

3. Si esta afirmación ha sido sólo una vía de exculpación para el ciclista, desde COAG exigimos una declaración pública en este sentido que permita devolver la confianza y la dignidad a un sector que día a día trabaja para ganarse la vida y lo hace siguiendo las reglas del juego y normativas que se le imponen. Por lo tanto no podemos admitir que un ataque de estas características quede impune.